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El clima

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Es poco lo que se puede decir, pero muy importante para quien viene del trópico y no ha salido antes de él. Hay que saber que Buenos Aires está fuera de la zona intertropical, fuera del alcance del eterno verano.

Por su ubicación, se marcan las cuatro estaciones muy bien y por estar el hemisferio Sur, estas son opuestas a las del Norte. Prepárate para tener una cálida Navidad y ni sueñes con tener nieve para esperar a San Nicolás, además que aquí a quien se espera es a Papa Noel.

El verano comienza alrededor del 21 de diciembre y dura hasta el 20 de marzo. Dicho sea de paso, que las fechas no son absolutas, dependerá de cada equinoccio, obviamente, pero, día más o día menos, estos son los períodos estacionales.

Durante el verano, el clima de Venezuela te parecerá que era muy fresco. Aquí el calor es agobiante, transpirarás en cada instante, el sol se sentirá fuerte y las temperaturas medias estarán sobre los 33°C, con térmicas de 37 y alguna que otra vez verás los pronósticos de hasta 39 o 40 grados (Celsius, obvio) Hasta los maracuchos se quejan del calor aquí, y con eso te lo digo todo.

La ciudad es un horno en el verano, y tú que vienes de tierras calientes sabrás que esto sí es caliente de verdad. Hay demasiada humedad que se siente en la cara. Querrás pegarte una ducha todas las veces que puedas. Verás a muchos tirados en las plazas tomando el sol o bronceándose como si estuvieran en la playa. Los pibes andarán sin franelas (perdón, sin remeras) y con la ropa lo más ligera que se pueda. Suplicarás por las bebidas frías y recibirás muchas alertas por golpes de calor. Durante esta estación, tendrás poco más de quince horas de luz solar en promedio, desde las 5:30 hs. hasta las 20:45 hs. aproximadamente. Amanecerá temprano y anochecerá tarde. Es el típico verano de las zonas no tropicales.

En marzo ya entrarás en desespero, pero comenzarás a sentir un poco de aire fresco conforme pasan los días, si es que no se vuelve loco el clima y hace lo que se le dé la gana. Irá bajando la temperatura entre semanas, de 35 grados quizás baje a 15, luego se ubique en unos 22 grados con frecuencia. Ha comenzado el otoño, desde el 21 de marzo hasta el 20 de junio, maso. Es una estación inestable, lluviosa, de transición entre el calor y el frío extremos. La mejor época es cuando llegado abril, se pasan unas semanas entre 18 y 24 grados, un clima muy agradable. Ojito, que ha habido años en los que abril sigue caluroso. La naturaleza te recordará la estación con todas las hojas secas coloridas de entre rojo, anaranjado, marrón y amarillo caídas de los árboles por toda la ciudad. Las plazas ya no son lugares para ir en bikini ni para andar sin franela. Ya es tiempo de abrigarse un poco. Comenzarán las alergias y la gripe. Muchos estornudarán, y debes prepararte con alguna bufanda y suéteres ligeros. El mate comienza a ganar cancha porque lo calentito te caerá muy bien.

Ya cuando el otoño se quiera despedir, el mes de mayo te recordará que viene el invierno. Hacia sus últimas semanas y las primeras de junio, la temperatura bajará y puedes llegar a sentir hasta uno 14 u 11 grados. Vendrán las corrientes de aire polar del Sur y el pronóstico puede recomendarte un buen abrigo para afrontar hasta 8 o 4 grados. Junio es solo el preámbulo del frío, y puede que la inestabilidad te dé algún día de “calor”, ese “calor” de 18 o 21 grados quizás.

Llegado el invierno, quizás te encuentres con uno fuerte o más bien ligero. Depende del clima en general ¿viste? Por ahí puede que tengamos inviernos de hasta 1°C o 2°C grados, o uno que no baje más de 6°C. Quizás el promedio sea de 4 grados o de 12. Igual, sea como sea, Buenos Aires cambia y se vuelve más europea. Es tiempo de sacar los grandes abrigos, los gorros, y hay quienes prefieren usar guantes. Las bufandas suaves cambiaran por esas más gruesas de lana, y te auto prohibirás salir sin una chaqueta, digo, una campera.

En Buenos Aires, el invierno característico no es de nevar. Ha habido años con el registro histórico de nevadas en la ciudad, pero no es lo más frecuente. Más al Sur del país sí nieva, pero en Baires, sería incluso algo excepcional. No es raro leer de alertas de granizo o de posibilidades de volver a tener un año de nieve, que casi no sucede. Es más parecido al invierno en Madrid, frio pero sin nieve, por lo general. La verdad, Buenos Aires es muy linda durante el invierno y el estilo cambia. Pero como todo, y como dicen aquí, que te agrade o no es solo cuestión de gustos.

Llegará un día, en que se supone que el invierno ha terminado, pero seguirá haciendo frio. A partir del 21 de septiembre comienza la primavera. Llega helada y se va caliente. Irás sintiendo cada vez menos frío hacia mediados de octubre, y tu ropa se parecerá más a la del otoño. Volverás a vivir unas semanas de un clima lindo de entre 22 y 26 grados, fresco, mientras ves como los árboles se llenan de flores. Llegado noviembre, la ciudad se vestirá de lila con todos los jacarandás floridos, un árbol exótico parecido al Apamate. Volverán las alergias y los estornudos, y para quien se descuide, la gripe.

Un hábito de los porteños es sonarse la nariz en cualquier lugar y en cualquier situación sin importarles nada. Así que irás en el colectivo y oirás la orquesta de narices. En el trabajo, lo mismo. En el almuerzo, igual. En el Subte, en la calle, en las tiendas, en los restaurantes. Donde vayas, en esta época, será inevitable.

Conocerás de donde sale eso de “buenos aires” cuando los vientos fuertes y frescos te compliquen la caminata, o cuando la lluvia primaveral venga acompañada de ráfagas de vientos que te vuelan el paraguas. Muchos buenos aires.

Hago un paréntesis porque me he permitido la licencia de referir que Buenos Aires toma su nombre por los vientos primaverales, pero no es así. Su nombre se lo debe a Nuestra Señora del Buen Ayre.

Entonces, las flores de color lila serán la despedida de la primavera. Comenzarás a sentir que la bufanda sobra, y que el abrigo ya no es tan necesario. Quizás en la noche sí, y en las tardes no. Ese es el aviso de que el verano está en camino. Cuando ya esté por terminar noviembre, pensarás que se acabó la primavera, pero no es así. Es solo el 21 de diciembre cuando el calor llega para quedarse una temporada más y recibir al verano.


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