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Dialecto Rioplatense

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Aunque algunos están convencidos de que en la Argentina se habla castellano y no español, la realidad es que castellano y español son lo mismo (español castellano, en su forma más vernácula) y que en Buenos Aires no se habla sino una variación regional del idioma; un dialecto.

El español o castellano rioplatense, el que se habla por acá, se caracteriza principalmente por el voseo. Para nadie es un secreto esto. Pero a diferencia del voseo reverencial, que es el que se usa, por ejemplo, en Maracaibo; en Buenos Aires el voseo es dialectal americano, y además este puede, a su vez, ser un voseo pleno verbal o uno pronominal. Esto es así:

Como verás, hay dos formas de vosear en Buenos Aires. La más común es el voseo pleno verbal, pero puedes encontrarte con muchas personas usando el voseo pronominal o ambos según como se sientan cómodos en cada situación. Esto depende más de la costumbre de cada quien que de una norma.

  • ¿Che, vos tenés hambre ahora?
  • ¿Che, vos tienes hambre ahora?

Una forma común de construir la conjugación del voseo verbal es cambiar la acentuación hacia el final del verbo, es decir, hacerlo agudo; mientras que el pronominal mantiene la conjugación como la del pronombre . Por ejemplo:

El voseo verbal intenta mantener la raíz del verbo infinitivo y tiende a usar formas regulares en lugar de las irregulares. Por ejemplo:

Y de forma similar, el imperativo, la forma usada para dar instrucciones u órdenes, utilizan la raíz del verbo de forma aguda. Así, por ejemplo: tené, vení, reí, trotá, andá, mové, corré, poné, mirá.

¡Mirá vos! ¡Comprá dos facturas! ¿Podés?

En ocasiones, puede resultar confuso, hasta adaptarse, porque algunas formas del imperativo del voseo pleno verbal coinciden con el pretérito simple estándar. Supongamos que Mariano le dice a Paula:

Che, Paula. Escribí un correo. Esperemos la respuesta.

¿Qué debe hacer Paula? ¿Escribir un correo? ¿Esperar la respuesta al correo que escribió Mariano?

Como esto es dialecto rioplatense con un voseo verbal, entonces “escribí un correo” es un imperativo, una orden, por lo cual, Paula tendrá que escribir ese correo y esperar la respuesta. Pero bien puede que Mariano haya escrito el correo, pero seguramente habría dicho algo como: “recién escribí un correo” (para desambiguar)

Las formas enclíticas, esas donde el pronombre se une al verbo, e indirectas, se construyen igual que en el estándar, con los pronombres enclíticos me, te, se, lo, los, la, las, le, les y nos, pero agregados a la raíz del verbo sin formas irregulares y sin acento. Por ejemplo: ponele, en lugar de ponle; reíte, en lugar de ríete; movete, en vez de muévete; andate, en lugar de ándate; mirala, en lugar de mírala; o decime, en lugar de dime.

Y ponele que entendés todo esto y comenzás a hablar rioplatense al toque.

Al crear las formas enclíticas, puede escucharse una ligera pausa que separa al verbo del pronombre. Por ejemplo, una expresión como “La comida está lista, servitela”, puede sonar más como “La comida está lista, servite–lá”.

Notarás, además, que se suele usar un proclítico en el discurso directo, cosa que no se estila en el estándar:

  • Estilo directo: Te presento a Matías.
  • Proclítico estándar: Este es Matías. Te lo presento.
  • Estilo rioplatense: Te lo presento a Matías.

Otro ejemplo:

  • Estilo directo: ¿Pudiste llamar a Eduardo?
  • Proclítico estándar: ¿A Eduardo, lo pudiste llamar?
  • Estilo rioplatense: ¿Lo pudiste llamar a Eduardo?

También el vocativo se usa de una manera similar. El vocativo se refiere a cuando se usa al sujeto para llamar la atención. En el voseo verbal rioplatense, se pierde la acentuación del verbo, pero no en el voseo pronominal.

  • Verbal: ¡Vos, ayudame!
  • Pronominal: ¡Vos, ayúdame!

Las demás formas verbales se mantienen como en el estándar. Sin embargo, en Buenos Aires se prefiere usar el pretérito simple (el pasado simple) en lugar del tiempo perfecto. Es decir, que se prefiere algo como: ¡No, no lo hice todavía! en lugar de ¡No, lo he hecho todavía! Incluso, los porteños pueden reemplazar un presente por el pasado, solo por costumbre: ¡Hola, loco! ¿Qué hacías? en lugar de ¡Hola, loco! ¿Qué hacés?

Otra gran característica del rioplatense en Buenos Aires, y sobre todo en CABA, es el yeísmo rehilado. Esa forma vibrante de pronunciar la “ll” como “y” y esta a su vez como “sh”. De esta manera, “llorar” puede sonar como “sshorar”, “yo” como “ssho”, “zapallo” como “zapassho”.

Yo no te llamé, chabón. (Ssho no te sshamé, chabón)


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